Ni el tiempo todo lo cura, ni todo trabajo ennoblece, ni la distancia es el olvido, ni la muerte es el peor de los males; a no ser… como bien dijo Lorca, que sea la Esperanza, la que se te muera. Aunque ahora pensaba en taurino. Pero aún así viene a ser lo mismo, pues quién desearía una vida sin esperanza, o una muerte tan cruenta y dolorosa como la del toro hispánico.
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